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NUESTRA HISTORIA

"Un castillo medieval en plena Selva Amazónica"

A finales del 2005, Lamas había sido golpeada por un fuerte sismo de 7.5 de magnitud dejando muchas de sus antiguas casas de origen colonial destruidas en escombros.

Fue en ese entonces que en una colinita rocosa y agreste desde donde se podía apreciar una hermosa vista al valle y colinas verdes… las cuales me recordaban mucho a los paisajes de mi infancia en mi pueblo natal en Italia.

Fue ahí en ese lugar, un terreno rocoso con vistas al barrio nativo, el cual para la mayoría resultaría un lugar inutilizable e imposible para realizar cualquier obra.

 Decidí iniciar una construcción en piedra la cual me hacían recordar los castillos medievales europeos que yo tanto había admirado y visitado en mi juventud con la finalidad que pudiera ser mi residencia…

Un lugar perfecto para vivir fuera de la mundanidad donde finalmente, por fin, luego de una vida dedicada al trabajo y a los negocios poder desarrollar y poner en obra mi gran pasión por el arte y la cultura, idealizando el lugar perfecto en el cual concentrar mis pasiones, una especie de “laboratorio de arte y de alquimia”, para dedicarme a expresar en pleno mi creatividad y lo que más amaba.

Aun sin contar con presupuesto alguno para semejante obra, pero animado de una fuerte e inconsciente pasión, basado en mi experiencia de vida… cuando realmente deseamos algo con todo nuestro ser y perseveramos hasta lo imposible, sin rendirnos nunca, todo se vuelve posible. El universo se vuelve nuestro cómplice y aliado en apoyar a los audaces y de espíritus inquietos como nosotros para alcanzar nuestros sueños.

Luego de adquirir por unos pocos miles de dólares sustraídos de mis escasos ahorros, un lote de terreno ubicado en una pequeña colina que aparentaba ser para la mayoría, un lugar inconstruible y sin ningún valor… para mí era el lugar perfecto para poder realizar una de mis más grandes visiones y retos personales.

Desde un comienzo se convirtió rápidamente en una “obra escuela”, un verdadero laboratorio experimental conformado por un increíble capital humano en su mayoría por pobladores de Lamas que juntos estábamos llamados y retados a hacer algo nunca realizado en la zona. Ya sea por los materiales utilizados, la técnica constructiva y la agreste y compleja topografía del terreno.

Conforme se avanzaba en la obra, sin darnos cuenta, estábamos descubriendo el talento y las pasiones que teníamos ocultas, logrando resaltar grandes arquitectos, maestros picapedreros, talladores, escultores y pintores. De esta forma se pudo realizar elementos arquitectónicos y decorativos atrevidos.

El mismo lugar determino su diseño, siempre intentando dentro de lo posible incorporar los elementos preexistentes tales como rocas y grandes árboles. La construcción se realizó con estructuras y columnas de concreto armado que nos garantizará su solidez y lo hace antisísmico, mientras que los muros son de puros bloques de piedras talladas a mano una por una, las mismas que venían extraídas de diversas canteras de la zona.

Parte de los pisos y decoro del castillo se hicieron utilizando tejas y pisos de las antiguas casas que fueron demolidas por el sismo que ese año había azotado nuestra bella ciudad de lamas. De esta manera se quiso en cierta forma recordar honrar y revalorar la apariencia de las antiguas casonas de Lamas destruidas por el terremoto.

Durante casi diez años de construcción ininterrumpida, año tras año el Castillo ha ido emergiendo en toda su forma y hasta llegar a su belleza actual.

Iniciándose luego de la parte estructural, los trabajos de decoración interna que duran hasta el día de hoy.